17 años lejos de Esmeraldas y continúa amando su terruño

Alba Ante Moreno de Ortega, vive en Quito, pero no ha cambiado su domicilio electoral. Ella nos comparte el cómo podemos amar a nuestro territorio.

“Esmeraldas es una tierra bendecida por Dios”, lo dice con orgullo la esmeraldeña Alba Ante Moreno de Ortega, de 56 años, quien desde hace 17 vive en Quito, la capital del Ecuador. Resalta que su Provincia de Esmeraldas está llena de historias, tradiciones y comida que forman parte de la identidad de cada esmeraldeño que se particulariza por ser parte de los afrodescendientes del país.

La ciudad de Esmeraldas es la más hermosa para Alba. “Tiene unos paisajes maravillosos, ese contraste de vegetación, al fondo el océano Pacífico y sus ríos… ¡que belleza!”, exclama, al tiempo que agrega: “soy esmeraldeña”.  

A pesar de vivir en Quito, lejos de su querida Esmeraldas, nunca se ha olvidado de ella, por lo que se ha reusado a cambiar su padrón electoral durante los últimos 17 años. Para ella es una responsabilidad de cada esmeraldeño contribuir con la elección de políticos que ayuden a la ciudad. Es su compromiso como esmeraldeña viajar a allá durante cada proceso electoral. Durante las elecciones 2023 en la provincia de Esmeraldas, cantón Esmeraldas el total de sufragantes fue de 171,838

 Alba Ante Moreno de Ortega en su casa en El Carmelo, centro norte de Quito. 

Alba recomienda a sus coterráneos a realizar acciones de cambios que parece pequeñas, como barrer la vereda de su casa hasta apoyar a los jóvenes que están en busca de oportunidades. Una muestra de ello es que 172,226 jóvenes cursan sus estudios en Esmeraldas. 

Actualmente la provincia Verde, como le dicen a Esmeraldas, atraviesa una de las épocas más complejas de su historia. La violencia, la delincuencia y la inseguridad intentan ganar espacio.

Esmeraldas, con 7 cantones, presenta una tasa de 63,03 por cada 100,000 habitantes. La luz de un futuro mejor es visible en el Ecuador, en diciembre del 2022 la tasa de pobreza se redujo a 25,2% a nivel nacional. Es la ilusión de Alba el renacimiento de Esmeraldas después de este capítulo de su historia. “El momento más oscuro de la noche es antes de que resplandezca el sol”, comenta esperanzada la mujer que ahora es viuda. 

El cantón de Esmeraldas tiene uno de los malecones más modernos junto al mar.
La ciudad de Esmeraldas se particulariza por su contacto directo con la naturaleza.

La vida sin su amor

El optimismo es una cualidad humana, en un mundo rodeado por tristeza es necesario aprender a mantener una sonrisa. Viajar a una nueva ciudad es un reto, que va acompañado de miedo, sueños y esperanza.

El traslado de la familia Ortega a Quito fue paulatino, los hijos mayores llegaron primero para asistir a una universidad de la capital. Marcos, el mayor, se graduó de la Universidad de las Américas y Daniela de la Universidad de las Fuerzas Armadas ESPE. Las otras dos hijas continúan sus estudios.  

Los demás miembros de la familia arribaron a la capital cuando Alba aceptó una oferta de trabajo en el exInstituto Nacional de la Niñez y Familia (INNFA). Por medio de este trabajo fue posible que la familia obtenga su propio departamento a través de un crédito inmobiliario.  

Alba Ante Moreno de Ortega, tiene un vínculo con la naturaleza.

Alba y su esposo Eduardo Ortega siempre trabajaron para su familia, pero en ocasiones sentían que la dejaban de lado por concentrarse en su profesión. Eduardo viajaba constantemente a Esmeraldas, porque allá estaba su trabajo. “Mi esposo vivía con nosotros en Quito, pero trabajaba en Esmeraldas”. Estuvieron juntos 35 años, hasta que Eduardo falleció en mayo del 2020 por una enfermedad catastrófica. Esto dejó una sombra sobre la familia, pero es recordado con cariño por quienes lo conocieron en Quito y Esmeraldas, en la provincia Verde desempeñó funciones como Director provincial del Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP).

Altar en la casa de la familia Ortega en honor a la memoria de Eduardo Ortega. 

Después de su trabajo en el INNFA, Alba trabajó en la Fundación Museos de la Ciudad en la parte financiera. Actualmente no trabaja, su tiempo lo usa para compartir con su familia. Por el trabajo de su esposo, recibe una pensión con la cual subsiste. La pérdida de su marido la afectó mucho, cada vez que lo recuerda sus ojos se llenan de lágrimas, pero al hablar de su Esmeraldas, su sonrisa y tono de orgullo contagian. 

Le invitamos a escuchar a Alba Ante Moreno de Ortega

Colaboración: Gabriela Ochoa, estudiante de periodismo en Universidad San Francisco de Quito. 

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