Colegio 5 de Agosto ícono de la historia de Esmeraldas

Desde 1940 la ciudad de Esmeraldas cuenta con el Colegio 5 de Agosto de donde han salido muchos profesionales.

‘El Templo sacro del bien y del saber’, es parte de la frase que identifica al Instituto Técnico Superior ‘5 de Agosto’. Este plantel educativo fue creado el 23 de abril de 1940, mediante decreto ejecutivo No. 559, expedido por el ministro de Educación José María Estrada Coello.

La inauguración se realizó el 18 de mayo de 1940, en el salón de actos de la escuela de niñas Hispano América de la ciudad de Esmeraldas. Desde esta fecha, los jóvenes esmeraldeños tuvieron un lugar para estudiar. Antes, eran pocos quienes tenían el privilegio de continuar los estudios secundarios en otra ciudad.

Estudiar en Guayaquil, significaba embarcarse en los motoveleros: mientras que, para ir a Quito, tenían que hacerlo en la línea férrea por Ibarra o cruzar la selva yendo a caballo hasta Chillogallo. Era la época en que Esmeraldas estaba aislada del resto del país.

Diferentes actividades dentro del centro de estudio buscan que los estudiantes desarrollen diversas habilidades.

Los que lideraron

El colegio funcionó en diferentes casas alquiladas. Hasta 1943 laboró en un inmueble de las calles Pedro Vicente Maldonado entre Juan Montalvo y Rocafuerte, luego pasó a la calle José Joaquín de Olmedo entre San José Obrero y Delgadillo, donde es el colegio Margarita Cortés, todo dentro de la urbe esmeraldeña.

Finalmente se levanta la infraestructura en el sector de la Propicia, al sur de la ciudad donde funciona desde el 10 de mayo de 1982 hasta la actualidad. La gestión para alcanzar la creación del colegio estuvo a cargo del legislador de aquel entonces, César Alberto Estupiñán Henríquez.

El colegio ha estado dirigido por Misael Acosta, Solís, Luis Prado Viteri, Segundo Salas Meza, César Névil Estupiñán, Bolívar Drout, Damián Gudiño Acosta, Guillermo Sánchez Marroquín, Ulises Ramírez Culter, María Granja de Preciado… entre otros.

Primera fila: Atilio Rugel, Jefferson Sánchez, Marcos Saenz; María Granja, Merly Ruiz, María Luisa Gómez, Arcelia Andrade, Ulises Ramírez, Víctor Masías, Elda Estupiñan, Eladio Pata, Aída Quiñonez, Jorge Centeno, Walter Zambrano, Raúl Barros, Lenin Solís, José Solís. (foto Facebook)

El exestudiante cinagostino, Juan Montaño Escobar en una publicación escribió: “soy parte de la historia del Colegio Nacional 5 de Agosto. Agradezco a quienes fueron mis maestros y maestras, durante esos años, por ejemplo, el profesor Yépez (de castellano), el profesor Espinoza (ciencias naturales), Marcelo Andrade (música), Julio Jaime Plaza (CC NN), Luis Valverde Cuero, Jorge Centeno Menéndez y Lenin Solís (matemáticas), Benito Reyes Pazmiño (biología), Atilio Rugel Albán y Jorge Ortiz Merino (química), Manuel Tenecela (física), Jefferson Sánchez Quintero (inspector general), Juan García (inglés), Ángel Cedeño y Jorge Casierra (educación física), Ángel Cervantes Méndez (por facilitar mi viaje a la ex URSS), Carlos Gámez Ortiz y Adalinda Zamora (literatura), profesor Cortez (historia), Carlos Ojeda San Martín (lógica y ética), William Aveiga”.

El clásico uniforme

Entre los alumnos fundadores figuran: Berenice Bastidas, José Bernal, Jorge Chiriboga, Luis Mercado, Alcira Burbano, Gilma Bujase, Luis Estupiñán, Italia Valencia… y otros. 

El vestido blanco con botones negros es el uniforme de las cincoagostinas. Los varones usan pantalón celeste con camisa blanca. El nombre de 5 de Agosto, hace referencia a la gesta heroica del 5 de agosto de 1820 en Rioverde cuando se marcó la Independencia de Esmeraldas.

Todos los lunes se canta el himno para fortalecer el civismo en los estudiantes.
Himno del colegio 5 de Agosto

¡Oh santuario del sol de la idea!
¡Templo sacro del bien y del saber!
A tu sombra mil cumbres se yerguen 
A tus voces florecen el laurel 

¡Juventud estudiosa adelante!
¡Tras la senda que os tiende el deber!
En el sol de la gloria y su lumbre 
Sacaría de las almas la sed

Rutilando en las costumbres os llama
Con su magno conjuro el laurel 
Como un himno vibrando en haz de las alas
¡A las cumbres sin tregua, ascended!

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