No dejemos que se mueran los juegos tradicionales

La tecnología genera cambios positivos al mundo, pero también aumenta el distanciamiento físico en los barrios.

Hablar de saltar el cabo, la rayuela, estrella, la yuca, el vale, escondidas, entre otros, es trasladarse mentalmente a décadas pasadas cuando la niñez se juntaba para divertirse con el abanico de juegos tradicionales de la época. Solo necesitaban de las polvorientas o adoquinadas calles de su barrio para pasar una tarde de relax, que a veces se extendía hasta la noche.

Estos juegos están pasando a la historia y solo quedan en la memoria de quienes lo practicaron. Es el caso de la esmeraldeña Alejandra Mina. Ella recuerda su niñez jugando en su barrio, Santa Martha en la ribera de la ciudad de Esmeraldas, cuya diversión empezaba por las tardes cuando se reunían niños y niñas de entre 8 y 15 años para decidir qué juego tocaba ese día.

La rayuela ayudaba a mantener el equilibrio para no pisar los bordes de los cuadros. Las jugadas eran divertidas y demandaba de esfuerzo físico. La mujer de 35 años de edad y madre de cuatro hijos, cree por ese motivo ninguno de sus amigos del barrio tenían sobrepeso porque en los juegos tenían que correr, saltar y poner fuerzas.

Le invitamos a mirar el video del juego del ula-ula

Se viene la yuca

Erika Mideros, viene de aquella generación donde la diversión y el ejercicio estaban en las calles. A su memoria llegan los recuerdos cuando vivía en la Parada 9 y Malecón, barrio Bellavista norte, también en la ribera del Esmeraldas conformada por 26 barrios cercanos a la zona de manglar.

Barrios de la ribera del río Esmeraldas

Ahí jugaba con los amigos y vecinos el juego llamado 50 al palo, al que también se le llamaba la escondida. Consistía en que una persona contaba hasta 50 con los ojos cerrados mientras los demás se escondían, la noche era ideal para aprovechar la oscuridad ocultarse debajo de las casas (en Esmeraldas la mayoría de las casas eran palafíticas debido a que estaban cerca de los ríos) y en otros escondites.

La base era otro de sus juegos ancestrales, dice que era similar al beisbol, y las bases la hacían con las conchas de coco y con tucos de balsa. También recuerda el juego de la yuca donde se hacían dos grupos: uno que se agarraba a un poste o a un árbol y el otro que tenía que jalarlos hasta desprenderlos.

Juegos tradicionales de la ciudad de Esmeraldas

Esto se puso bueno

Otro de sus preferidos era saltar el cabo individual o grupal, los saltos recibían nombres como avión, en éste el cabo no tocaba el suelo; en el chocolate el cabo tenía que levantar el polvo del suelo, y los días de la semana era el más tradicional. Para este juego se necesitaba de dos personas para que batan el cabo mientras los demás saltaban, el primero que pisaba la soga salía del juego.

Saltar la cuerda tiene beneficios como mejorar la coordinación, la ansiedad y quemar calorías. El juego de la estrella consistía, primero en recoger tapas de colas, un pedazo de tabla para rechazar la pelota. Hacían un círculo donde colocaban las tapas en un solo lado; del grupo se escogía al que iba a quemar, es decir, quien tenía que lanzar el balón hacia los jugadores del equipo contrario e impedir que viren las tapas.

Los juegos ancestrales mantenían a los niños y jóvenes activos y alejados de los vicios y de la tecnología.

El juego de la estrella consistía, primero en recoger tapas de colas, un pedazo de tabla para rechazar la pelota. Hacían un círculo donde colocaban las tapas en un solo lado; del grupo se escogía al que iba a quemar, es decir, quien tenía que lanzar el balón e impedir que los jugadores viren las tapas.

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