
Desde el patio de su casa en Atacames, Jhonny transforma el coco en una delicia con identidad propia. Emprende, estudia y sueña en grande.
Jhonny no se limitó a repetir la receta. Le puso su sello: sabores como maracuyá, mora y otros ingredientes naturales que le dan un valor agregado al tradicional chicharrón. “He probado otros chicharrones, pero el mío es mejor”, nos cuenta con humildad, mientras mueve con paciencia el coco en una gran paila de aluminio, instalada en el patio derecho de su casa, junto a una cocina industrial y un mazo de madera que no se detiene por media hora que suele ser el tiempo de cocción del ‘manjar esmeraldeño’.
Cada cierto tiempo, dependiendo de la demanda de su producto, Jhonny recorre kilómetros hacia la parroquia Portete, en el cantón Muisne, donde compra el coco fresco. Con ello no solo activa su negocio, sino que también da sustento a quienes viven del cultivo y comercialización del fruto, vital en la economía y cultura alimentaria de la provincia Verde, Esmeraldas.

En la cocina, mientras el dulce aroma del coco tostado se mezcla con la panela, nace uno de sus productos estrella: el “Coco loco”. Lo presenta en una concha de coco esterilizada al fuego, donde coloca pequeñas láminas de chicharrón, acompañado de cocadas de sabores, todo empacado con cuidado. Lo vende en las playas de Atacames, en calles de Esmeraldas o dentro de la Universidad Técnica ‘Luis Vargas Torres’, donde estudia Turismo. Las autoridades, al conocer su talento y necesidad, le permitieron vender su producto, con la condición de no descuidar sus estudios.
Visión de empresa
“Si algún día tengo más dinero, me gustaría tener una empresa grande, dar trabajo a otros emprendedores, capacitarlos, enseñarles cómo se hace el chicharrón… y cómo se vende también, porque la atención al cliente es vital”, comenta emocionado, aunque al conversar con nuestro periodista Manuel Gonzales, a quien le revela que su producto todavía no tiene un nombre comercial.
Su frase de venta, dicha con picardía por las calles, es: “¡Venga, venga, lleve su chicharrón de coco hecho por el negrito!” Y funciona. La gente se detiene, ríe, compra. Su carisma es una herramienta poderosa.


Durante nuestra visita a su casa, en conversación con Relatos Esmeraldeños, surgió incluso una idea para bautizar su emprendimiento: “Los chicharrones de Jhonny”, una marca que combine humor, autenticidad y cariño, justo como es él, quien tiene como motivación diaria el amor de su familia incluida su hija, por lo que puso disposición de la comunidad su contacto: +593 98 551 0787, para pedidos del chicharrón de coco esmeraldeño.

El coco en la cultura esmeraldeña

El coco es base de platos típicos como el encocado de pescado, camarón o concha.
Productos como la cocada son fuente de ingresos para muchas familias.
Se comercializa ampliamente tanto en el norte como en el sur de la provincia.
En la elaboración del chicharrón, el proceso puede tomar hasta 40 minutos de cocción lenta y constante.
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