Luis Vargas Torres, héroe del Ecuador nacido en Esmeraldas

En la ciudad natal se construyó una universidad, un colegio, un parque y sus restos están en un mausoleo recubierto de pan de oro.

Luis Vargas Torres, un destacado líder esmeraldeño, fue declarado héroe del Ecuador en marzo de 2012 en reconocimiento a su aporte a la Revolución Liberal liderada por el expresidente Eloy Alfaro Delgado, en la que ofrendó su vida. La propuesta de declararlo héroe fue presentada por el exlegislador esmeraldeño Línder Altafuya y recibió el apoyo de 108 asambleístas.

Vargas Torres, quien ostentaba el rango de Coronel, fue fusilado el 20 de marzo de 1887 en Cuenca. La noche anterior a su ejecución, el Obispo Miguel León quiso confesarlo, pero el esmeraldeño se negó y prefirió escribir un texto que tituló «Al borde de mi tumba».

Junto a Vargas Torres, también fueron sentenciados a muerte Pedro José Cavero, Jacinto Nevares y Filomeno Pesantes por ser considerados los cabecillas de la revolución. El Consejo de Guerra liderado por el Comandante encargado del distrito del Azuay, Coronel Alberto Muñoz Vernaza, dispuso la pena capital el 5 de enero de 1887.

En la ciudad de Esmeraldas, en el parque 20 de marzo o central, está el monumento del héroe del Ecuador Luis Vargas Torres.

“Al borde de mi tumba”
“Sí, al borde de mi tumba, tengo que aplacar la furia de mis enemigos, que tan arrojados se muestran en el campo del insulto, la calumnia y el crimen. Fatídicos búhos que se esconden en las negras grietas de sus cavernas para lanzar ho– rribles graznidos, y con ellos amedrentar el corazón pequeño, pero no al que tiene la convicción de morir por salvar su patria y libertar sus hermanos de la tiranía.
Marcho a la Eternidad. Dos horas más y estaré en su seno, libre de mis verdugos, a quienes por hoy no hago más que aplazarlos.
Toda doctrina que se funda en leyes morales tiene una fuerte oposición en las gentes cuyo principio fundamental es la opresión e ignorancia de los pueblos para poder convertirse en sus señores. De aquí la diferencia tan grande y remarcable de los Partidos Liberal y Conservador, pues mientras el primero perdona, el segundo, asesina.
De aquí el orgullo y altivez del uno y la hipocresía y el crimen del otro. De aquí la sensatez y generosidad de aquel y la ferocidad y abyección de éste.
Querría guardar silencio sobre mi muerte, para que no se crea que un acto de venganza me impulsa a dar a conocer el nuevo crimen que el Gobierno ejecutará en mi persona. Pero es imposible callar. Sería esto antipatriótico y la sociedad tendría derecho para inculparme semejante falta.”

Firme hasta el final

A pesar de la dureza de la sentencia, Vargas Torres mostró firmeza hasta el final. Vestido de negro, se mantuvo de pie y sin cubrir su rostro mientras recibía las descargas. Su cuerpo fue lanzado a la quebrada de Supai Huaico o del diablo. Fue sepultado por Carlos Zevallos Zambrano cerca del cementerio.

Ocho años después de su muerte, en 1895, la Revolución Liberal triunfó y los restos de Luis Vargas Torres fueron llevados a Guayaquil. En 1953, finalmente fueron trasladados a su ciudad natal, Esmeraldas, donde se construyó un mausoleo con pan de oro en su honor.

Actualmente, la ciudad cuenta con una universidad, un colegio y un parque que llevan el nombre del héroe nacional, quien nació en 1855 y murió a los 32 años, en honor al héroe, todos los 20 de marzo, en el parque Central de Esmeraldas, autoridades civiles, militares, estudiantes y seguidores de Vargas Torres, se reúnen junto a su monumento con flores y discursos. Después, en romería llegan al cementerio general donde reposan su cenizas.

En la parte baja del monumento de Luis Vargas Torres, se colocaron dos placas en honor a su trayectoria.

Lea el tercero de 5 artículos relacionados

con los personajes históricos de Esmeraldas.

Le podría interesar conocer el aporte del héroe nacional, Alonso de Illescas.